Estoy
a las puertas del abismo, un gran vacío se encuentra dentro de mí, es profundo
y escalofriante, inexplicable, innombrable, quiero
lanzarme pero algo me detiene, volteo la vista hacia atrás, y la veo a
ella, pero no veo su rostro, solo la incertidumbre de su
presencia, por eones la he buscado, la encuentro y nos volvemos a perder, un
exquisito juego que no quiero dejar atrás, si
me entrego al abismo nada me da la certeza de que la vuelva a encontrar, de que
siga el juego, tal vez desaparezca mientras
todo mi ser se desvanece en el eterno vacío, a veces pienso que algún día tenía que pasar,
sin embargo, si me hundo
en
la oscuridad del abismo tal vez despierte en otra realidad donde la pueda
encontrar de nuevo a ella, la pregunta es ¿vale la
pena arriesgarse?, si me quedo atrás tendré la certidumbre de que la sigo buscando y la
esperanza de encontrarla, y ¿cómo puedo
saber
si la encontraré
aquí
o si solo la encuentre del otro lado? a final de cuentas lo único que me
detiene es el miedo de jamás volver a
verla, de no poder encontrarla, y la experiencia me dicta que el miedo solo es
un obstáculo,
que te paraliza y destruye la intuición...
desearía tan solo
poder mirarla a los ojos una vez más, me quedaré parado a que el viento se lleve mis temores y
sea lanzado al
precipicio...
la paradoja radica en que solo el miedo me separa del abismo que me une a ella...
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